Hijos de su puta y nalgas prontas madre.

El viernes acompañe a mi novia a la delegación pa´que hiciera la renovación de su pasaporte.
Esos weyes de la delegación son unos verdaderos hijos de la chingada.
Yo no entendiendo por que la gente hace su chamaba de malas, uno no puede hacer una pregunta, por que te contestan de mala gana o simple y sencillamente te ignoran. Pero eso si, si se las haces de pedo, valió madres tu trámite y te la hacen de emoción o simple y sencillamente te mandan al carajo. Aparte, una sola persona no es capaz de aclararte ni madres, awevo le tiene que preguntar a otra persona que esta igual de pendeja que ella y entre los 2 no te pueden contestar y les es más fácil decirte que no se puede y que ya te chingaste.
En la pagina de internet vienen ciertos datos de cosas que hay que llevar para le renovación del pasaporte, pero a los de la delegación no les importa, ellos ya tienen elegidos cuales si permiten y cuales no. Por esa razón, nos tuvimos que regresar a casa de mi novia a buscar algo que sirviera como identificación. Aparte te meten un pinche terror psicológico más cabrón que cualquier libro de Stephen King.
La señora que estaba recibiendo los papeles estaba bien enojada y grito: si no traen todos sus papeles organizados y en la mano, se quedan y no pasan a hacer su trámite. Y pues por los gritos a todo mundo le dio miedo y empezamos a buscar los papeles y con los nervios encima hubo errores y mi novia casi le tira todas sus cosas de su pinche escritorio.
Luego al pasar a la siguiente ventanilla, había dos chavas muertas de miedo y por lo mismo no encontraban uno de sus papeles, hasta que una le dijo a la otra que se calmara y ya un poco más calmaditas que los encuentran.
Me cae que pa´vivir un momento de terror ya ni es necesario ir al cine y pagar, ahora la onda es ir a la delegación y que te toque una pinche vieja neurótica, ahí si que van a sentir miedito.
Juro que cuando arme mi escuadrón de la muerte, después de los microbuseros y los taxistas, seguirán todos los de la delegación.