domingo, 19 de abril de 2009

Pues la semana pasada que fue de vacaciones me lancé a Acapulco con mis amigos. Todo parecía indicar que sería un viaje tranquilo. Íbamos puros chicos universitarios, y uno que otro trabajador, y no de cualquier tipo de empleo. Con nosotros iba el mismísimo sub chef de Gloutonnerie, qué es el Gloutonnerie? Un pinche restaurante nalguita ubicado en Polanco donde sirven cocodrilo, y es enserio, sirven cocodrilo. También iba el Gerente de Zaga Consulting, o por lo menos eso dice mi amigo. Otro de mis amigos es un arquitecto que ahorita está de jefe en una obra. Y todos los demás somos chicos de bien que estamos estudiando y que nuestros padres le han invertido harto dinero y esfuerzo a nuestra educación. Así que todo indicaría que sería un viaje casi espiritual, pero no, oh sorpresa, todos mis amigos parece que fueron criados y educados por vikingos.
El desmadre estuvo chido, me la pasé de poca madre, pero creo que a la gente que estaba disfrutando de sus vacaciones no les agrado mucho nuestro desmadre.
El día que nos íbamos a regresar, llegaron los administradores del lugar con una multa de mil pesos por faltas al reglamento del fraccionamiento donde habitamos. ¿Pero qué argumentos manejaron? Unos bien mamones. Lenguaje soez enfrente de los niños. El pedo es que ellos no vieron que los niños eran más pinches groseros que todos mis amigos juntos, el día que estuvimos con los niños estaban diciendo que su tía era Alma Marcela, dijeron que se iban a dar un vergatanazo, uno le dijo a otro: yo soy el penexorcista. Y puras cosas así, el pedo es que cuando regresen a la ciudad y digan esas cosas y sus padres los escuchen, segurito dirán: ve lo que esa pinche banda punks que vivieron con nosotros en Acapulco les enseñaron.
Otro de los argumentos era que uno de mis amigos se aventó a la alberca con un pocillo. ¿ Y qué hacía mi amigo con un pocillo? No sé y nadie lo sabe. Un día se lo encontró y jamás lo soltó, todo el viaje se la pasó bebiendo ahí. Y un día simulando Adiós a Las Vegas, se aventó a la alberca con su chupe, nada mas que la diferencia era que en vez de un pomo, se aventó con un pocillo, y eso hizo que nuestros vecinos se indignaran.
Los otros argumentos eran bien básicos, la música a todo volumen, gritábamos mucho, fumábamos cerca de la alberca, bebíamos cerca de la alberca etc etc. Pero hubo uno que a mí en lo particular me hizo reír bastante, y decía así: Untarse bronceador simulando un acto sexual jajajajajajaja, que mamadas.
Lo único que espero es que al ser un señor no sea así de aburrido como toda la gente que estaba vacacionando en ese fraccionamiento. Uno va a Acapulco a pasarla bien y echar desmadre, sino, mejor que se vayan a un retiro espiritual, o algún lugar donde no vayan grupos de jóvenes agobiados por la vida diaria y que quieran ir a sacar su estrés.
Obviamente no pagamos la multa de mil pesos, ni dinero traíamos.
Y les informo que la mayoría voto porque yo no fuera a las casillas, así que no iré. Ya se armó la party. Es mas, mientras redactaba esto, pasó la chavita del IFE pa´ decirme que qué pedo, que si sí iba a poder ir, y firme y seguro de mi mismo le dije: No, no puedo.
Saludos a todos y buen inicio de semana.

1 comentario:

Maricel dijo...

que cagado!
si tambien eso de untarse bronceador simulando un acto sexual me saco semejante carcajada. que divertido! solo por escribirlo me cago de risa... solo espero no imaginarte asi... jajaja.
saludos!